Be a poem
Poesía eres tú. Sí, tú. Nosotros somos el poema. A veces nos cuesta reconocernos como un milagro de la naturaleza, como una de las manifestaciones más puras de la belleza.
Nunca me ha parecido casual que la primavera y la poesía se celebren el mismo día.
Nunca me ha parecido casual que la primavera nos altere la sangre, que cambie el sentido del aire, que vuelvan las aves, que la tierra florezca. Nunca me pareció casual que el ambiente se caliente, que el aire se humedezca, que broten hojas nuevas de los árboles, que el amor siempre venza. Nunca me pareció casual este despertar que encierra la primavera.
Nunca me ha parecido casual que la poesía adormezca a los que creímos cobardes, que su paz traiga brisa, pero también huracanes, que nos haga desplegar las alas para que el miedo no alcance, que nos lleve hacia ese centro que no ha visto nadie. Nunca me pareció casual que encienda las cenizas de lo que arde, que no deje que a sus rimas se las lleve el aire, que siembre las semillas en los corazones con parches para poder, después, regarlos y sepan salvarse. Nunca me pareció casual la eternidad que la poesía libera en un cielo sin ángeles.
No, no es casual. Como tampoco lo es que la palabra primavera suene como ‘ver por primera vez’ o que en italiano ‘prima vere’ signifique: ‘primera verdad’. Será eso. Será que la poesía tiene mucho de crear y de creer.
A veces, nos adueñamos del verso poniéndole nombre y apellidos a aquellas palabras que, en parte, las musas nos regalan. ¡Como si no pudiera existir la poesía sin poeta! Yo la he visto. He visto a la poesía danzar por las calles mientras corríamos intentando alcanzarla; sin comprender, tal vez, que debemos hablar la misma lengua que ella nos habla. Que si ella baila, nosotros debemos bailarla. Yo la he visto. He visto a la poesía deshacerse entre nuestros brazos para anudar la rabia y hacerla sangre. La he visto ser amante, caliente, constante. Yo la he visto. He visto a la poesía en todas aquellas personas en las que no se fija nadie. La he visto, ahí, en los pequeños detalles. En un amanecer que acaricia los sentidos y sabe calmar ciudades. La he visto en mis amigos, en mis amigas, en mi madre. He visto a la poesía en los libros, en las tumbas y salvándonos de nuestras soledades. He visto a la poesía viva, aunque no la recuerde nadie. Yo la he visto. Es imposible no verla.
“La poesía trasciende. A veces, las palabras nos llevan al malentendido, pero la poesía nos lleva al origen”. -Andrea Moonforte, durante mi curso de escritura y maquetación de libros. Os quiero regalar parte de la teoría del módulo 0 de este curso:
Seamos claros; la poesía no nace, la poesía acompaña en el camino. Muchos escritores pensamos que el don nace con el poeta; pero nunca nos planteamos que el simple hecho de que haya poesía en el mundo ya es un don.
La poesía no sirve al poeta. Es el poeta el que nace para servir a la poesía y, con ella, al mundo. ¿Qué significa eso? Las manos que escriben, la mente que piensa, el corazón que late, el subconsciente que sueña... Todo lo que pensamos que es el fin, es solo el canal para llegar al mundo.
El ego del ser humano es amplio y alto. Si dispones de ese ego, tal vez podrás ser escritor -por el mero hecho de escribir-, pero si estás dispuesto a servir al mundo a través de tus palabras, entonces y solo entonces podrás ser un poeta. Servir, eso es lo que marca la diferencia.
Poesía eres tú. Sí, tú. Nosotros somos el poema. A veces nos cuesta reconocernos como un milagro de la naturaleza, como una de las manifestaciones más puras de la belleza. Nos cuesta, claro que nos cuesta. Pero solo preguntándonos encontramos la respuesta:
Poesía soy yo, eres tú, es él o ella. Poesía es lo que corre por mis venas aunque no lo leas. Poesía es lo que habita en ti aunque no lo escribas. Ya lo dijo Gustavo Adolfo Bécquer en su rima IV: “Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía’’. Después escribió esto: “¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú”.
Poesía [Quizá del fr. poésie, este del lat. poēsis, y este del gr. ποίησις poíēsis]: Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa.
No hace falta ser poeta para ver lo bello que es el mundo. Las personas sabemos reconocer aquello que se asemeja a nosotros. Por mucho que nos neguemos a verlo, todas las personas guardamos lo más hermoso dentro de nosotros y, por tanto, todos somos capaces de reconocer la poesía que habita en el mundo. Además, somos capaces de escribirla.
Ser capaz de reconocer lo hermoso que tiene el mundo no es algo innato, también hay que trabajarlo cada día. El poeta no nace con un don, sino que lo trabaja, le acompaña. Quien tiene una sensibilidad puede aprender a desarrollarla si pone el alma en ello.
“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (...). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor... son las cosas que nos mantienen vivos’’. - El club de los poetas muertos.
En esta película, John Keating recitaba a Walt Whitman: “Que prosigue el poderoso drama y que tú puedes contribuir con un verso’’. Contribuir. Qué palabra tan bonita y necesaria. No puede haber otra manera de demostrar el amor al mundo que contribuir en él.
Si estás aquí leyendo esto supongo que tendrás tu verso; quizá aún no lo hayas descubierto pero quieras tenerlo; quizá aún no lo sepas. El caso es que estás aquí, haciendo el mundo más bello y pensando en contribuir. Escríbelo. ¿Cuál crees que es tu verso?
* Tanto si la has visto como si no, recomiendo siempre El club de los poetas muertos. Saca tiempo y ve la película. Te hará cambiar el punto de mira.
Necesario para poder contribuir.
Si sigo creyendo en la humanidad, es porque existe la poesía. Feliz día.